Sientanse como en su casa..

martes, agosto 22, 2006

Como comenzar una revolución

Lo único que teníamos era un sueño, y cuando digo lo único es lo único. No teníamos dinero, no teníamos apoyo, sólo unas inmensas ganas de probarle a todos que no mentíamos, que realmente queríamos, queremos, el bien de nuestra gente.
El gran problema fue comenzar, pasar de no tener nada a tener un algo, poco, pero algo, algo que después pudiese derivar en otra cosa y hacerse cada vez más grande hasta transformarse en todo. Y si tardamos en encontrar ese algo, es porque uno tiende a buscar primero en todos esos lugares en los que no hay que buscar, y hasta que nos dimos cuenta de que en realidad ese algo, era algo que ya teníamos pasó un tiempo que pareció una eternidad, como lo parece todo aquel tiempo en que se siente la impotencia de querer hacer todo pero no poder hacer nada.
Al caer en la cuenta de que ya teníamos ese algo tan necesario, como es natural, todo lo demás vino sólo. El dinero, el apoyo, el todo. Sólo teníamos que mirar a nuestro alrededor, tener noción de todo lo que teníamos, aunque solo fuese un algo. Y entonces todo se simplificó. El secreto para comenzar el cambio, la revolución, ese arduo viaje al todo.
Lo único que teníamos era un sueño, y cuando digo lo único es lo único. Pero con él, el valor de soñarlo, y la voluntad de hacerlo posible.



Jacqueline Steremberg